Debido a su alto potencial de oxidación, el ozono es capaz de destruir instantáneamente las membranas externas de microorganismos tales como Cryptosporidium, proporcionando una desinfección inmediata y completa. El ozono reacciona hasta 3.000 veces más rápido que el cloro, y a diferencia del cloro, no crea contaminación secundaria en el agua como resultado de la oxidación. Dado que el oxígeno (O2) es el principal subproducto del ozono, el cual es una tecnología respetuosa con el medio ambiente.









